New York: guía de rooftops para disfrutar la ciudad desde otra perspectiva
por Gabriela Pallares para El Observador
Hay ciudades donde parece que cada centímetro cuadrado cuenta para ambientarlo, diferenciarse del resto y recibir gente
Hay ciudades donde parece que cada centímetro cuadrado cuenta para ambientarlo, diferenciarse del resto y recibir gente. New York tiene muchísimos exponentes de "rooftops bars": bares o restaurantes ubicados en azoteas o terrazas de edificios, usualmente con buenas visuales panorámicas o estratégicas en un barrio.
Son espacios idóneos para ser aprovechados especialmente por comercios, hoteles, bares o restaurantes con ejemplos de actividades variadas: de mañana para clases de gimnasia o yoga, de tarde para eventos corporativos y de noche para sociabilizar en after hours.
Con mayores o menores inversiones en equipamiento y oferta gastronómica, los hay de muchísimas variables: desde perezosos o almohadones sobre un deck y luces de guirnaldas a muebles de diseñador y barras iluminadas. En todo caso invitan a disfrutarlos casi todo el año con distintos acondicionamientos y atracciones (desde eventos musicales, a proyecciones de cine), y muchos se convierten en atracciones turísticas por sí solos.
En esta ciudad, casi todos los hoteles o museos se precian de tener un espacio de este tipo a cielo abierto y suponen la mejor galería de visuales desde distintos puntos de vista del sorprendente skyline local.
Otros temas a tener en cuenta es que algunos son muy accesibles en cuanto a precios y lugares disponibles y otros más restringidos en ambas áreas, y en general no permiten ingreso a menores de edad.
Dato: el conocerlos por ubicación y nombre puede darnos acceso a lugares increíbles que de otro modo ignoraríamos a nivel de planta baja, y sin embargo varios pisos arriba concentran una actividad insospechada, abierta al público al precio de un trago o cocktail.
Los siguientes son algunos de los tantos ejemplos que se pueden encontrar en la ciudad:
La temporada de verano en el Metropolitan Museum se inaugura con una instalación individual de un artista seleccionado para la ocasión, generando una muestra en la azotea del museo con increíbles vistas al Central Park. Un must visit generalmente desde abril a octubre.
Suficiente follaje como para transportarse a otro lugar y época, en un edificio de 1930. Es el último nivel del Hotel Mc Kittrick donde se lleva a cabo la función de teatro "Sleep no more" que se desarrolla en forma muy poco estandard en varios pisos del hotel.
Casi al lado del anterior, junto al Highline, con arquitectura y fachada mesh del mexicano Enrique Norten, para el grupo Habita, propietario del lugar.
Con vistas al Meatpacking y el río Hudson, para disfrutar un trago luego de una visita al vecino museo Whitney e irse andando por el Highline iluminado de noche.
Llamado Heaven in Hell´s Kitchen en la zona de Teatros para después de la función.
con ambiente y comida mexicanos en un hotel de la cadena Morgans de hoteles boutique
Una de las opciones de restaurant con alta cocina, no solo bar con buena vista.
Un hotel ultraclásico pero que reserva un rincón increíble en una de sus terrazas.
En el Pier 17 sobre el muelle con vistas al Hudson, más un beach house que un rooftop pero igual nos encanta la vibra de los pies en la arena admirando el río.
Si quiere escaparse por un minuto de la locura de Times Square, hágalo con estilo
The Roof en el Viceroy Hotel,
De Rande Gerber, empresario gastronómico, Mr Cindy Crawford. Vistas al central park y vale la pena por el resto del hotel también.
Una exquisitez muy bien ambientada a media altura entre rascacielos, una vista distinta que no es la de peatón ni la de mirador, con una entrada desde la calle que si no lo sabe pasa totalmente desapercibida. La sorpresa esta en el ascenso.
Del Otro lado del río, con las mejores vistas de todo Manhattan:
The Ides en el Wythe Hotel, Williamsburg
Uno de los que tienen la ventaja de por un lado dominar el río y por otro la ciudad. Este es una versión muy cool en un hotel con sedes en varias ciudades, todas resueltas con mucho diseño.
Westlight , inaugurado el pasado año, en el novísimo e imponente Hotel William Vale, frente al anterior.
El hotel no es para el asombro, salvo cuando se llega a su último piso: allí aplica la virtud de la ubicación privilegiada.
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